lunes, 2 de abril de 2007

Traumas infantiles. Segunda parte.

Título: Ya soy todo un caníbal, y ahora también... asesino.

Aviso a menores y personas sensibles: La siguiente historia puede resultar repugnante y agresiva. Si aun es una persona sensible y no sale de los cuentos disney, se le recomienda no leerla, gracias.



- ¿que traes en esa caja? 0__0
- Es un regalo, para vosotros.
- Ah!! es un conejo!! Mama... este no nos lo vamos a comer verdad?? porque si es asi no lo quiero.
- No hijo tranquilo. Es para que juegues con él.

Fueron dias felices, el pequeño Sputnick superó lo del pollo. Todo era distinto, esta mascota nunca moriría y por supuesto nunca seria cocinada. Se pasaba horas jugando con el conejo, correteaban por los pasillos de casa y por el balcón.

Pero... una trágica tarde todo cambió. Corriendo detras del pequeño e inocente conejo surgió un problemilla... El animal frenó de pronto, el menor de los Fisher también pero sin darse cuenta de que su pie se encontraba encima de la cola del animalillo. De pronto, el conejo empezó a correr otra vez del susto pero... dejando atrás su pequeña cola y bueno... parte de su columna vertebral.

No se recuerda si la muerte fue lenta o rápida. Lo cierto es que al dia siguiente la familia ya tenia un menú especial "arroz con conejo"...

...

...

Aun se conserva la cola, dicen que da suerte ^^

P.d. Juro que lo que diré a continuación es verídico por muy increible que parezca. Ayer por la tarde visité a mi abuela y estaba matando un pollo en el patio. Hoy hemos comido arroz con pollo.
¡¡¡¿¿¿Es que esto no va a terminar nunca???!!!

Saludos,